De por que no ir al ginecólogo atenta contra tu salud
Hay cosas muy importantes en la vida a las que deberíamos prestar atención referidas a nuestra salud: comer bien, hacer ejercicio, controlar el estrés, hidratarse y… consultar al médico. Y esta última no es solo cuando estamos enfermas sino para hacernos chequeos regulares. A nadie le gusta obviamente consultar al médico cuando se siente bien y si hablamos del ginecólogo, menos aún.
Pero, como médica, siempre me he preguntado (e incluso le he preguntado a mis pacientes): ¿Cuál es la razón?. Este artículo tratará de llegar a una respuesta y convencerlas de que los 👩🏻⚕️🧑🏽⚕️ no somos lo peor del mundo mundial.
7 razones por las que probablemente no vas al ginecólogo (y seguramente haya algunas más)
- Crees que por ser tu cuerpo lo conoces mejor que nadie y vas a saber cuando algo esté mal.
- No te gusta lo que te dice el médico: ¿Quién es esa persona para decirte como debes vivir tu vida?
- No tienes tiempo: tu vida está super llena de obligaciones como para perder tiempo en eso, tienes otras prioridades.
- Crees que ocuparte de tu salud es un signo de debilidad, eres una mujer fuerte que no se enferma y puede con todo.
- Tienes miedo de que te descubran algo grave o de los procedimientos que puedan generar dolor.
- Tienes fobia a los hospitales y consultorios médicos, el solo pensamiento de concurrir a uno de esos lugares te causa taquicardia. Existe y se llama iatrofobia.
- Te da pena contarle al médico detalles de tu vida sexual.
Entonces… ¿por qué igual deberías ir al ginecólogo aunque te disguste?
Lamentablemente, para nuestra incomodidad, muchas de las enfermedades ginecológicas más comunes pueden no dar síntomas. Esto quiere decir que, si esperas a sentirte mal o tener algún síntoma (sangrado, dolor, flujo) la enfermedad puede ya estar avanzada y ser mucho más difícil de tratar.
Por eso lo ideal es concurrir al ginecólogo con regularidad.
Actualmente hay muchas opiniones encontradas respecto a cuál es la frecuencia más adecuada y esta va a variar dependiendo en que época de tu vida te encuentres. Hay ciertas etapas en las que es más necesario hacerse una revisión: en la adolescencia, el embarazo y la menopausia y en cada una de ellas los controles implican diversas prácticas.
Algunos médicos cuestionan el examen de rutina en mujeres sanas, pero, personalmente y en base a mi experiencia no solo profesional sino también personal, creo que lo mejor es ir al ginecólogo cada 1 o 2 años.
¿Cómo es una consulta ginecológica de control?
Creo que muchas veces el desconocimiento es lo que nos genera ansiedad, por eso te voy a describir qué es lo que debería pasar en tu consulta con el ginecólogo.
Y luego hablaremos de lo que NO deberías encontrar en esa consulta.
¿Qué debo hacer antes de ir a la consulta?
Ya tomaste valor, agendaste una cita y se te presentan un montón de preguntas previas:
- ¿Cuál es el mejor momento para concurrir al ginecólogo?, lo ideal es 1 semana después de que haya concluido tu período porque tus mamas estarán más blandas y te sentirás más cómoda. Deberías evitar ir durante tu período porque la exploración se dificultará y tampoco antes del periodo porque estarás con el síndrome premenstrual.
- ¿Debo depilarme?, esta es una decisión completamente personal y nadie tiene porque obligarte a hacer algo que no quieres.
- Sería bueno que orinaras antes de entrar porque así el examen vaginal será más sencillo, al no tener la vejiga llena. Muchos ginecólogos cuando te hacen pasar a ponerte la bata, te aconsejan aprovechar a orinar.
- ¿Puedo tener relaciones sexuales el día anterior?, no sería lo ideal porque tanto el semen como los lubricantes y los condones pueden alterar el pH de tu flujo y alterar el resultado de las pruebas. También debes evitar las cremas o duchas vaginales.
- Hay otros datos importantes que deberías saber: fecha de tu primera menstruación (y de la última si eres menopaúsica), la fecha de tu último período, la duración de tus ciclos, cantidad de embarazos, abortos, partos y cesáreas, métodos anticonceptivos y cualquier molestia que hayas tenido (dolor, pérdidas anormales o flujo).
El día de la consulta: 😰
Ya pasaste por todos los pasos necesarios: preguntaste a tus amigas y tu familia si conocen algún buen ginecólogo, decidiste si querías que fuera hombre o mujer, averiguaste cuál es el costo de la consulta e incluso solicitaste el turno (teniendo en cuenta la fecha de tu período).
Ya estás lista pero igual te genera ansiedad. Obviamente no a todas, hay mujeres para las cuales ir al ginecólogo es tan sencillo como hacer un trámite (me incluyo), pero para muchas es una tortura el solo hecho de prepararse.
¿Qué sucederá en una cita de control?
Si es la primera vez que consultas a ese profesional, lo primero que debería suceder es que, aún vestida, te pregunte todos esos datos de los que hablamos antes y algunos más. Por ejemplo, si eres activa sexualmente, qué método anticonceptivo usas, si quieres o no tener hijos, si has tenido o tienes alguna infección de transmisión sexual y un montón de cuestiones más que a algunas les hace pensar que el médico las juzgará.
Aunque te dé pena es muy importante que contestes a sus preguntas con honestidad, ya que si no lo haces, podrías hacer que el médico pase por alto cosas importantes para tu salud sexual y reproductiva.
Luego de esto el médico debería darte un espacio para que estés sola y te cambies y te coloques una bata, antes de revisarte.
La primera parte de la revisión suele comenzar por los órganos sexuales. Se realiza un tacto vaginal para evaluar si hay alguna alteración y, a veces, si hay dudas se puede proceder a hacer un tacto bimanual (es decir, vaginal y rectal al mismo tiempo).
Y llega el momento del famoso Papanicolau
¿Qué es el famoso Papanicolau? Es un test sencillo que sirve para descartar la presencia de células cancerosas.
Se realiza con la mujer acostada, con las piernas abiertas colocadas en estribos y se coloca un espéculo vaginal. Este es un instrumento que puede ser de metal o de plástico y consta de dos valvas y un mecanismo para abrirlas dentro de la cavidad.
Se coloca con las valvas cerradas y una vez introducido se va abriendo para visualizar el cuello uterino. Hecho esto se utiliza un cepillo suave o una espátula para recolectar células. Este procedimiento no es doloroso, aunque puede ser algo molesto.
Lo importante es tratar de relajarse pues si uno contrae los músculos, la prueba puede ser mucho más molesta. Lo que yo les decía a mis pacientes es que trataran de respirar hondo y centrarse en su respiración, para relajar la musculatura.
¿Cada cuanto debe repetirse esta prueba?
Anteriormente se recomendaba que las mujeres de entre 21 a 65 años repitieran el Papanicolau cada 3 años. Pero actualmente sería mejor bajar la edad de inicio e indicarla a todas las mujeres que ya sean activas sexualmente, aunque no hayan cumplido los 21 años.
En algunos casos es recomendable realizarla con una frecuencia mayor.
Por ejemplo:
- Si eres VIH positiva
- Si tienes alguna condición que baje tus defensas como un trasplante de órganos, consumo reiterado de corticoides o quimioterapia.
- Antecedentes de tabaquismo (intoxicación aguda o crónica producida por el consumo abusivo de tabaco).
- Un Papanicolau previo que mostró células precancerosas
Examen mamario
A continuación el médico procederá a hacerte un examen mamario. Primero inspeccionará si hay asimetrías (una mama diferente a la otra), secreciones por el pezón, retracciones del mismo o cualquier alteración de la piel. Luego hará un examen palpando las mamas para detectar si hay algún nódulo.
Si encuentra algo podría llevar a que el médico te solicite algún tipo de estudios complementarios como una ecografía o una mamografía. Pero ¡no te asustes!, no todos los nódulos de mama son cáncer y es mejor prevenir que dejar pasar un diagnóstico de una enfermedad que puede tener tratamiento.
Autoexamen de pecho: es recomendable que lo hagas por tu cuenta 1 vez por mes para ir controlando si hay cambios que deban reportarse con un especialista.
Llegando al fin de la consulta
Luego de todo esto el médico te pedirá que te vistas y te indicará si es necesario que te hagas algún estudio más. Es el momento para que evacues todas tus dudas, que hables de métodos anticonceptivos y cualquier pregunta que quieras hacerle. Es una buena idea llevar anotadas tus preguntas porque si no, con los nervios de la consulta, quizás te olvides de algo super importante que quieres saber.
Y hasta aquí, esta sería una buena consulta de control ginecológica, pero … ¿todas son así?
No te voy a mentir lo ideal sería encontrar un profesional que te respete, no te juzgue, conteste todas tus dudas y se tome el tiempo para que te sientas cómoda. Lamentablemente existe la violencia también en las consultas ginecológicas y no solo de parte de médicos hombres.
Recuerdo en mis años de estudiante una ginecóloga que tenía las uñas de más de 5 cm, obviamente que el tacto con esas uñas no era muy agradable que digamos. Hay otros médicos que se sienten con derecho de opinar sobre tus decisiones o tu estilo de vida, como si tuvieran la verdad absoluta.
¡Ni hablar si eres un varón trans y necesitas ir al ginecólogo porque conservas tus órganos sexuales femeninos!
Y hasta ha habido casos de abuso de parte de ginecólogos, aprovechándose de la indefensión de la mujer en ese momento.
¿Hay algo que podamos hacer?
SIEMPRE.
Si es nuestra primera vez y no tenemos referencias del médico, podemos ir acompañadas por ejemplo con una amiga o un familiar.
Si te sientes incómoda con la forma en la que el médico te habla o te revisa puedes terminar la consulta, nadie te obliga a quedarte en un lugar donde no te sientes bien tratada.
Y si la cosa es más grave, DENUNCIA.
Entre todas debemos cuidarnos y dejar de normalizar la violencia de cualquier tipo, es el primer paso.
Por eso nos gustaría saber…
¿Cómo han sido tus experiencias con las consultas ginecológicas?, ¿buenas o malas?