¿Cuál es la diferencia al llamarlo en forma distinta?
El término «micromachismo» fue acuñado por un psicólogo argentino Luis Bonino Méndez en el año 1990. Se refería especialmente a todas esas conductas aprendidas y, que de tan habituales, no se reconocen como formas de machismo. Hablamos de esos comportamientos sutiles que suceden todos los días que van coartando y minando la autonomía de las mujeres dentro de las relaciones heterosexuales.
Hace poco estuve en un Congreso de Sexología organizado por la FEMESS en la ciudad de Mérida y hubo un taller sobre este tema. Todos escuchábamos atentamente hasta que una compañera alzó la mano y preguntó «¿no deberíamos llamarlo mejor machismo cotidiano?» y su intervención hizo que muchos nos cuestionáramos el término.
Y, como las palabras crean, creemos que es importante llamar a las cosas por su nombre. El término «machismo cotidiano» nos hace tomar conciencia de lo habituales que son y, como tales, a veces ni siquiera nos damos cuenta de que son una forma solapada de violencia.
Y no se trata solo de hombres malos que nos violentan o mujeres que carecen de empatía por lo que les pasa a las demás, todas podemos tener algunas de estas actitudes y de seguro tenemos más de una, muchas veces sin darnos cuenta de que estamos perpetuando esta situación.
El machismo está tan arraigado en la sociedad que hace que ciertos comportamientos sean vistos casi como normales y la que osa levantar la voz es tildada de «loca histérica».
Pero no solo las mujeres somos victimas de esto, también lo son los hombres que deben demostrar que están del lado correcto de la sociedad para no ser tildados de maricones o poco hombres.
Seamos más concretas y pongamos ejemplos para que se entienda mejor
1- Colores, juguetes, vestimenta
Últimamente se han puesto de moda las fiestas de revelación de sexo. Una pareja embarazada hace una fiesta más o menos elaborada para revelar al mundo el sexo de la bendi y utilizan el celeste si será un varón o rosa si será una niña.
Y este es el comienzo donde se empiezan a marcar las diferencias: a las niñas se las vestirá con faldas, vestidos, colores suaves y jugarán con muñecas, maquillaje, comiditas y todo lo que, en un futuro, se supone debería ser su vida, ¿no es así?, todo lo que las prepare para ser una buena cuidadora y madre. Los varones usarán pantalones, colores más fuertes, y jugarán con autos, pelotas, armas y se prepararán para ser proveedores.
Hace unos años una marca de ropa conocida sacó a la venta playeras rosas para las niñas con la leyenda «Bella como mi madre» y para los niños «Inteligente como mi padre». Obviamente que debieron sacarlas de circulación por el fuerte rechazo generado, pero me pregunto ¿a qué genio se le ocurrió esta idea tan retrograda y a que otros genios se les ocurrió aprobarla?.
2- Las tareas del hogar y el cuidado de los niños
Ambos trabajan y sin embargo, en la mayoría de los casos, es la mujer la que se ocupa de gran parte de las tareas del hogar además de sus horas de trabajo fuera de su casa (habrá excepciones obviamente). Y se suele considerar que está cumpliendo su labor, y una mujer es mejor considerada si su hogar está limpio, hay un plato de comida sobre la mesa y todo es armonía, según la sociedad tradicional.
Este concepto, a pesar de los avances del feminismo, está muy arraigado en la sociedad. La mujer puede con todo y al mismo tiempo (multitasking, que le dicen), pero esto genera demasiada presión y frustración.
Ahh, porque además debe verse bonita.
Ahora cuando un hombre realiza tareas en el hogar, se le dice a la mujer qué suerte que tiene que su pareja la ayuda, ¿no son los dos los que ensucian, comen y necesitan un entorno ordenado?. Si el varón solo «ayuda» se le saca la responsabilidad de sus manos y solo lo hará si tiene ganas o tiempo, opción que por supuesto, no tiene la mujer sobre todo si hay niños. Si hay niños desatendidos o según la chusma mal cuidados, ¿a quién creen que le echan la culpa?.
Los niños, si viven con ambos padres, son responsabilidad de los dos, ¿por qué solo hay cambiadores para pañales en los baños de mujeres y no en los de hombres?, imagino que en algunos paises más avanzados ya habrá, pero uffff que falta actualizarse con eso todavía.
Generalmente es la madre la que va a las reuniones del colegio para hablar con los maestros y también las que llevan a los niños a sus controles de salud, los hombres suelen hacerse cargo de la parte divertida: llevarlos a sus prácticas de deportes, por ejemplo, pero luego de que la madre ha preparado todo lo necesario. Quizás esto suena antigüo como de la época de mis padres, pero que creen, hay muchas familias que siguen funcionando así.
Si el varón hace más de lo que se espera de él, en relación a sus hijos, se lo considera un padrazo pero si es la madre la que lo hace … obviamente es su deber.
¿Por qué existen los chistes tan repetidos acerca del hombre que llama a su pareja para preguntarle donde encontrar algo en la casa? Y, con una sonrisa, muchas mujeres repiten aquello de: este hombre sin mí no podría sobrevivir.
No entendemos que esta es una forma de perpetuar el statu quo y no responsabilizar a cada uno de lo que le compete. ¡Señor es un adulto encuentre sus calzones solo!.
3- Ser invisible en ciertos ámbitos
Situación común en un restaurante: el mesero trae una cerveza y una limonada, le entrega la cerveza al hombre y la limonada a la mujer sin preguntar, la sociedad considera que así son las cosas. Cuando llega la hora de ordenar muchos hombres deciden por su pareja y a la hora de pagar se le presenta la cuenta directamente al hombre.
Obviamente no toda la culpa es de los varones, el machismo nos atraviesa a todos como sociedad. Muchas mujeres siguen creyendo y perpetuando la idea de que los hombres son los que proveen y pagan y, ante este tipo de situaciones, ni siquiera sacan su cartera.
Y esto ni siquiera se nota a no ser que uno esté sensibilizado y atento.
Cuando una mujer va al mecánico, al contador, al banco o a un negocio especializado en rubros que se suelen considerar masculinos (informática, se me ocurre en este momento), si va acompañada de un hombre ella se torna invisible, como si no existiera y si intenta mediar en la conversación es probable que la miren con cara de «cállate que tú no sabes nada de esto».
4- Comentarios despreciativos
- Corres como una niña (risas burlonas)
- Llorar es de niñas (refiriéndose a un varón que demuestra sus sentimientos)
- Feminazi: refiriéndose a mujeres que hacen escuchar su voz
- Deberías ser un poco más femenina (deberías callarte y meterte en tus asuntos)
- Se lo buscó por andar vestida así
- Si un hombre te trata mal es porque le gustas (por favor ya no le digan eso a las niñas, luego en el futuro hace que elijan muy mal a sus parejas).
Clasificación de los micromachismos
Podríamos decir que existen distintas formas de micromachismo, aunque todas se nutren de la idea de la superioridad del varón sobre la mujer. Se lo ha denominado de muchas formas: violencia blanda, terrorismo íntimo, violencia suave o de baja intensidad, tretas de dominación, pequeñas tiranías o machismo invisible.
Se los puede clasificar en:
- Micromachismo utilitario: se ven sobre todo en el ámbito doméstico y coloca a la mujer en su rol de cuidadora, aprovechándose de las supuestas capacidades femeninas de servicio. Se sobrecarga de esta manera a la mujer con las tareas que deberían ser compartidas.
- Michomachismos encubiertos: son sutiles pero juegan con controlar la voluntad de la mujer, que termina haciendo lo que el otro quiere. Se ve con el uso de los silencios, el no tener tiempo para hablar, el ninguneo, el no reconocimiento de las necesidades de la mujer y el mal humor como forma de manipulación.
- Micromachismos de crisis: aparecen cuando la mujer empieza a tomar decisiones que no le gustan a su pareja: trabajar fuera de casa o salir con sus amigas o simplemente cuestionar la división del trabajo doméstico. Las formas de demostrar su poder incluyen: el seudo apoyo, la resistencia pasiva, el victimizarse o dar pretextos.
- Micromachismos coercitivos: el varón usa su poder moral, económico o psicológico para limitar la libertad de la mujer y restringir su capacidad de decisión. Se ve en quién ocupa el mejor sillón, quién usa el control remoto y como manejan su tiempo de ocio. Muchas mujeres son las encargadas de quedarse con los hijos mientras sus parejas salen con sus amigos por ejemplo.
Palabras que hemos escuchado pero no siempre entendemos
Manterrupting
Hay un grupo de personas y está hablando una mujer, un varón la interrumpe continuamente sin prestar atención a lo que ella dice evidentemente sin darle importancia. Puede suceder en ámbitos laborales, educativos, sociales, políticos o culturales.
A mi, en lo personal, me ha pasado mucho en mi trabajo que tengo cierta posición de poder con muchos hombres y mi forma de reaccionar es mirarlos fijamente y decir con firmeza: «Cuando termine de explicar mi idea, llegará tu turno».
Bropiating
Tomar crédito por una idea presentada por una mujer y apropiársela. Muchas veces cuando una mujer y un varón presentan la misma idea, este es reconocido como el autor, aún cuando la mujer lo haya dicho primero y lo haya fundamentado.
Mansplaining
Quizás una de las más conocidas, el varón siente que debe explicarle a la mujer como funciona el mundo y como se hacen las cosas aún cuando NADIE LE PREGUNTÓ.
Esto sucede incluso en ámbitos que tradicionalmente son reconocidos como «femeninos». Estaba yo en un supermercado decidiendo qué lustrador de muebles comprar cuando se me acercó un hombre a darme cátedra sobre propiedades de los lustradores. Mi respuesta fue: ¿acaso le pregunté algo? y el señor se retiró, seguramente balbuceando que las mujeres cada vez estamos más locas y buscando la mirada aprobadora de otro hombre al decirlo 🤣🤣🤣🤣🤣
Manspreading
Es la tendencia de los varones a ocupar mas espacio físico del que necesitan. Se nota mucho en los transportes públicos por ejemplo, cuando un hombre abre sus piernas e invade el espacio personal de la persona que va a su lado. Me pregunto 🤔 ¿acaso sus huevos son tan grandes que no le dejan cerrar sus piernas?.
Gaslighting
Finalmente una forma de abuso emocional muy sutil pero que causa estragos en la psiquis de la persona que lo padece en carne propia.
Se manipula a la otra persona para que dude de su percepción, memoria o juicio.
Algunas de las frases utilizadas para lograr esto:
- Yo no dije eso, estás loca
- Era solo un chiste, eres demasiado sensible
- Yo no dije eso, te lo estás imaginando
Mi pareja más tóxica (porque hasta en esto, hay diferentes grados) cada vez que el hacía algo mal como, por ejemplo desaparecer, me manipulaba de tal forma que yo terminaba asumiendo la culpa.
No todo está perdido
El primer paso para cambiar una situación es darse cuenta y visibilizarla.
Creo que el patriarcado no solo esclaviza a las mujeres y las coloca en una posición de ciudadanas de segunda clase, sino que también convence a los hombres de que así es como debe ser, de una manera subconsciente tan sutil que uno ni lo nota, muchas veces.
Por eso es importante que todos juntos luchemos día a día para desterrar estos comportamientos que solo hacen más difícil llegar a una sociedad donde todos seamos iguales.
¿Qué podemos hacer para que esta sociedad sea cada vez más justa y que estas actitudes no se transformen en algo más grave?…
- Enseña a tus hijos sin distinción de sexo las tareas domésticas. Yo cuando mis hijos eran niños y adolescentes había un día de limpieza (generalmente era el domingo cuando yo no trabajaba). Ese día todos limpiábamos (incluso los amigos de mis hijos que iban todos los días), y no había tareas femeninas y masculinas per se, todos aprendían a hacer de todo. Mi hijo varón solía hacerlas quejándose, pero hacia las tareas igual que mi hija mujer.
- Enseña a tus hijos a reconocer y expresar sus sentimientos, solo identificando nuestros sentimientos podemos valorar los de los demás y ser empáticos con lo que les pasa. Deja que tu hijo varón llore y se exprese, ayudalo a conectar con sus sentimientos, no dejes que le digan que está mal.
- Enseña a resolver los conflictos en forma positiva y creativa.
- Deja que tus hijos elijan sus juguetes e intereses, no se los impongas.
- Habla con los hombres en tu vida para que se den cuenta de estos temas, diles como te sientes al respecto.
¿Cuántos de estos comportamientos identificaste? ¿Cómo reaccionas cuando los detectas?