De la prehistoria a la actualidad: ¿Qué cambió y qué se mantuvo igual?
La historia del sexo es una historia de evolución, cada generación cree que los que nacieron en otras épocas no sabían nada de la vida (o para ser un poco más exactos, “nada de nada”) y que todas las experiencias relacionadas con el sexo nacieron con ellos.
Las generaciones anteriores no sabían nada del placer ni de las diferentes orientaciones sexuales y ni hablar de relaciones abiertas o poco ortodoxas.
Como dijo una vez un señor mayor: «esto en mis épocas no pasaba».
O por lo menos eso queremos creer.
¿Será así?
Es evidente que hay un gran avance en cuanto a la forma de vivir la sexualidad y que cada vez las mentes se abren más a nuevas formas de conectar y se es más tolerante con las diferencias.
Pero quizás el error esté en compararse con las generaciones inmediatamente anteriores y no ir más allá en la línea del tiempo.
¿También los animales?
Los que vivimos en estas épocas a veces creemos que inventamos la brújula, pero la sexualidad es algo inherente no solo al ser humano sino también a los animales y si nosotros descendemos de los monos (como decía Darwin allá por el 1859) entonces , ¿por qué no pensar que no somos los únicos en sentir placer?
¿Pero qué nos diferencia? Según algunas ideas la búsqueda del placer, pero esto no es tan así.
Sabemos que algunos animales tienen relaciones sexuales no solo con el propósito de reproducirse sino porque obtienen placer del acto en sí mismo.
Las leonas pueden copular hasta 100 veces en un día (como quedó tu récord de 3 al hilo jaja) dudo que necesiten tantas repeticiones para crear a las bendis 😅
Los bonobos (a los que se suele llamar “monos hippie”) suelen tener relaciones entre individuos del mismo sexo o con animales que no han llegado a la madurez sexual, e incluso cuando las hembras ya están preñadas o amamantando.
Los delfines también practicarían el sexo por placer y su clítoris está muy desarrollado.
El sexo oral suele darse en el reino animal (en especies tan diversas como monos, cabras, ovejas, leones y murciélagos).
¿Qué pasaba en la Prehistoria?
¿Pero qué pasa con la especie humana? ¿La búsqueda del placer existió siempre o solo es una consecuencia de la evolución de la sociedad? ¿Existía la homosexualidad en la antigüedad? ¿Qué tan reprimidos o liberales eran nuestros antepasados?
Comencemos pensando en los inicios de la vida humana en la Tierra.
Todos hemos visto películas o hemos leído libros donde se muestran machos dominantes jalando de los pelos a una hembra para fornicar en una cueva.
Esta fue una teoría acuñada por numerosos científicos que postularon a la sociedad prehistórica como una sociedad violenta y patriarcal, aún sin grandes pruebas que respaldaran esta teoría.
Esta idea incluso es retratada en la famosa película de Stanley Kubrick (Una odisea del espacio, 2001).
En dicho film se muestra como unos simios descubren que los huesos pueden usarse como armas y, a partir de allí, se convierten en cazadores y asesinos.
Nada más alejado de la realidad según los últimos estudios antropológicos, aunque es muy difícil estar seguros de algo debido a la falta de evidencias reales.
¿Todo será como nos lo contaron?
Por eso desde hace un tiempo hemos empezado a cuestionar estas ideas preguntándonos:
- ¿Los hombres siempre tuvieron el poder absoluto o hubo épocas donde la sociedad era igualitaria?
- ¿La dominación masculina es un factor genético de la raza humana o una conducta aprendida?
- ¿Cómo ha cambiado el poder a través de la historia de la humanidad?
Según el epistemólogo Raymond Corbey el supuesto “salvajismo interior” solo sería una construcción social que fue influenciada por las ideas de racismo y eugenesia del siglo XIX.
Esta idea comenzó a ser cuestionada y, por ejemplo, en el libro “How compassion made us humans” (2015) de la doctora Penny Spikins se postula que la empatía y la compasión fueron las fuerzas impulsoras de la humanidad, ya que la supervivencia de los primeros humanos habría dependido de la cooperación.
Arte prehistórico: no solo de carne vive el hombre y la mujer
Recién cuando nos adentramos en el Paleolítico Superior (de 40000 a 10000 años atrás en la línea del tiempo) empezamos a encontrar información gracias al arte prehistórico, que no solo se trataba acerca de cacerías sino también de contenido sexual.
Esto se contradice con la idea de que solo pensaban en la supervivencia, evidentemente esta gente sí tenía otras prioridades bien definidas 😅.
Hablamos del arte rupestre (pinturas o grabados en las paredes de las cuevas) y pequeñas esculturas. Estas representaciones fueron realizadas por Homo sapiens, es decir, seres humanos con anatomía y funcionamiento semejantes a nosotros.
Los expertos coinciden en que son verdaderos documentos gráficos que representan la forma en que vivían y se relacionaban entre ellos.
Y las mujeres eran muy importantes
La mayoría de las representaciones son femeninas y en mucho menor grado de hombres o figuras indefinidas. Es intrigante que las figuras femeninas sean mucho más reales y con más detalles, mientras que en las figuras masculinas lo que más se destaca es el falo.
El arqueólogo Eduardo Repoll Perelló en su obra “Orígenes y significado del arte paleolítico” propugna la idea de que esto evidencia la preponderancia de la mujer en la sociedad paleolítica.
Así encontramos, por ejemplo, el camarín de las vulvas en Asturias y otras representaciones de vulvas, con gran realismo, en Francia.
Entre las estatuillas destacan las Venus, pequeñas estatuillas femeninas con enormes senos, nalgas prominentes, grasa abdominal y vulvas expuestas.
Relaciones sexuales gráficas
En cuanto a la actividad sexual, los grabados más antiguos se centran más en la función reproductora, por ejemplo, en una cueva de Francia existen tres grabados mostrando las etapas del parto: desde la dilatación de la vagina hasta el momento de la expulsión con la cabecita del bebé saliendo de la vulva.
La reproducción era muy importante ya que la mortalidad infantil era elevada: el 30 % de los niños morían antes del año y del 70% restantes, 2 de cada 10 morían antes de los 5 años.
A medida que transcurre el tiempo comienzan a aparecer escenas eróticas más centradas en el placer, mostrando diversas posturas, masturbaciones, Voyeurismo, zoofilia e incluso sexo homosexual (tanto entre mujeres como hombres).
En la siguiente placa se dice que es una escena de voyeurismo donde hay 2 personas aplicando la del «perrito», a mi parecer, y una 3ra persona mirando por detrás (aunque a mi se me hace que también está participando con las manos 😏).
Esto se va poniendo cada vez más interesante
En cuanto al sexo oral que es claramente una práctica relacionada con el placer, se ha encontrado en Francia una placa donde se ve un personaje en cuatro patas y el otro con su boca en la zona genital del primero, aun cuando no puede distinguirse si es en su vagina o en su ano.
Algunos autores han postulado con humor la presencia de un “Kamasutra paleolítico”, se encuentran posturas de frente o de espaldas realizadas de pie, a cuatro patas o de rodillas. Esto permite inferir que se buscaba el placer ya que este tipo de posturas permite una penetración más profunda.
En una cueva de Alemania a las orillas del Rin se han encontrado múltiples pinturas de mujeres que muestran erotismo lésbico, quizás la pintura más conocida sea la denominada “Las bailarinas” que muestran dos mujeres abrazadas frotando sus pechos.
En una tala de 27000 años de antigüedad hallada en Francia se muestra dos mujeres con las piernas entrelazadas frotándose los sexos.
Y en otro grabado se ve una mujer realizándole sexo oral a otra mujer.
Y nosotros que creíamos haber inventado los juguetes
Además de todo este arte también se han encontrado lo que podríamos catalogar como los primeros juguetes sexuales de la historia.
Si a veces nos causa gracia (y hasta un poco de morbo) pensar en usar objetos extraños (nunca olvidarse del pepino) para obtener placer, es algo perturbador pensar lo que usaban nuestros amigos de la prehistoria. ¡Evidentemente cuando hay ganas de aumentar el placer no hay nada que te detenga!.
Generalmente son objetos en forma de falo, hechos en piedra, astas de reno o huesos, siendo el más conocido el falo de Tübingen, Alemania. Se trata de un objeto cilíndrico de 20 cm de longitud por 3 cm de diámetro esculpido en piedra.
También podemos nombrar el asta de reno que se halló en la cueva de Gorge D’Enfer. Es un doble falo de 9,5 cm de ancho y 11,5 cm de largo.
Por lo que vemos, el sexo en la edad de piedra tenía una característica de desinhibición, la gente vivía en cuevas y no se ocultaban para tener relaciones.
¿Cuál es la finalidad de remontarnos en el tiempo?
¿Por qué hablamos de esto? ¿En qué nos ayuda saber que no hemos descubierto la pólvora?
Creemos que es importante para sacarle al sexo esa carga de censura y darnos cuenta de que ya nuestros muy pero muy lejanos antepasados se permitían vivir el sexo y buscar el placer y posiblemente eso los ayudaba a unirse más como grupo.
Nosotras, a pesar de ser muy distintas, en cuanto a edades, ideas y experiencias de vida, tenemos la formal postura de que solo el conocimiento puede llevarte a deconstruirte y permitirte vivir tu vida sexual y tu placer con total responsabilidad y madurez.
Creemos que la deconstrucción es un camino y no algo que aparece de golpe y está grabado en piedra.
Simone de Beauvoir escribió en “El segundo sexo”, en el año 1949: “No se nace mujer, una llega a serlo”. Esta famosa frase se refiere al hecho de que ni la biología ni la condición de mujer nos hacen mujeres, sino lo que hacemos. Por eso se puede ser mujer sin haber nacido con vulva, por ejemplo.
Y es solo recorriendo un camino no siempre fácil ni exento de errores como se llega a descubrirse a sí mismo.
Probablemente los hombres y mujeres prehistóricos no tenían que plantearse estas cuestiones ya que el sexo era para ellos algo tan natural como comer y dormir.
¿En qué momento el mero hecho de tener relaciones sexuales como forma de reproducirse dio paso al erotismo? Esta pregunta es sumamente importante porque este sería el instante en que el sexo pasó a ser una forma de comunicarse y establecer lazos sociales.
¿Qué crees tú? ¿Hemos avanzado o retrocedido en este largo camino?
SI TE INTERESA LEER MÁS SOBRE EL TEMA:
1- «El arte y la mujer en la Prehistoria» de Carme R Olári
2- «La representación de la mujer en el Paleolítico de la Península Ibérica» de Belén Carmona González
3- «El otro lado de la niebla» de Juan Luis Arsuaga
4- «How compassion made us humans» de Penny Spikins